JUBILAR, según el Diccionario de Lengua Española, editado por la Real Academia Española:
(Del lat. iubilāre; cruzado con jubileo, la jubilación se daba al cabo de cincuenta años de servicios, espacio de tiempo del jubileo .
1. Disponer que, por razón de vejez, largos servicios o imposibilidad, y generalmente con derecho a pensión, cese un funcionario civil en el ejercicio de su carrera o destino.
2. Dispensar a alguien, por razón de su edad o decrepitud, de ejercicios o cuidados que practicaba o le incumbían.
3. coloquial. Desechar algo por inútil.
4. desusado. Alegrarse, regocijarse.
5. Conseguir la jubilación.
6. Ausentarse temporalmente y sin causa justificada de la clase, del trabajo o de cualquier sitio en donde se debe estar obligatoriamente.
Más allá de las definiciones, la jubilación es un acontecimiento que marca un antes y un después en la vida de una persona. El valor que nuestra sociedad otorga a la actividad laboral remunerada se coloca muy por encima del simple hecho de proporcionar recursos económicos. La trayectoria profesional condiciona nuestro modo de vida en infinidad de aspectos; marca un estatus social; multiplica y facilita el mantenimiento de relaciones sociales; satisface en mayor o menor medida el deseo de sentirnos útiles y/o recompensados por ello; da respuesta, también en mayor o menor medida, a nuestras aspiraciones; delimita rutinas y comportamientos…
¿Qué pasa entonces cuándo llega la jubilación?
¿Cómo se sintió usted en el momento de conseguirla?
¿Tenía planes, intenciones, proyectos para esa nueva etapa de la vida o, por el contrario, fue sobre la marcha?
¿Estaban sus sentimientos y emociones cerca de la definición 3 del Diccionario de la Real Academia, es decir, se sintió “desechado” o incluso “inútil”, o su sentir entonaba más con la definición que está en desuso (la número 4): “alegrarse, regocijarse”?
¿Le costó asumir esa nueva etapa?
¿Tardó en recuperarse?
¿Cómo lo hizo?
¿Qué cosas le ayudaron a superar esa situación?
O por el contrario:
¿Afrontó la jubilación con ganas y alegría?
¿mantuvo con el paso del tiempo ese estado de ánimo?
Si fue así ¿Cómo lo logró?
¿Qué cosas le permiten mantener esa disposición?
________________________________
COMENTARIOS DE LOS SOCIOS
“Nuestro techo de vida cada vez es más alto. Solemos llevar los años con buen espíritu, aunque hay momentos duros. Es imprescindible que mantengamos un espíritu positivo, solidario. La comunicación con amigos y compañeros es fundamental. Necesitamos de los demás y los centros de mayores son el sitio idóneo para fomentar las relaciones y para realizar actividades intelectuales que nos mantienen en forma”.
Enrique, A Coruña
“La vida no termina con la jubilación, ni muchísimo menos. Cada persona la vive de manera diferente, algunos de forma negativa. No hay razón para ello. Actualmente llegamos a ella con plenas facultades físicas y mentales. Es una edad maravillosa si sabemos disfrutarla. ¿Cómo? Es el momento apropiado para hacer todo aquello que siempre deseamos hacer y no pudimos por falta de tiempo. Contamos con centros sociales en los que hay gran cantidad de actividades. Nadie nos prepara para la vejez pero mantenerse ocupado en algo que nos ayude a sentirnos útiles nos hará más felices. Además, en los centros fomentamos las relaciones sociales, comunicándonos con los demás”.
María Pilar